El 2013 fue un año de reencuentro para San Lorenzo con el espíritu ganador a través de la obtención del Torneo Inicial. Es que este martes se cumplen 7 años de aquel 15 de diciembre donde el Ciclón celebró su última liga a nivel local hasta el momento, luego del empate sin goles contra Vélez en la jornada final del certamen.
Aquella recordada noche en Liniers, de sufrimiento puro, es recordada sin lugar a dudas por aquel manotazo salvador de Sebastián Torrico, que desvió de manera milagrosa un bombazo de Allione a minutos del final que amenazaba ingresar en un ángulo y darle el título al conjunto velezano, que también llegaba con chances.
Los números finales hablan por sí solos de la paridad que hubo el campeonato que logró conquistar el equipo de la mano de Juan Antonio Pizzi: con 33 puntos, producto de nueve victorias, seis empates y cuatro derrotas, el Ciclón se consagró como el mejor del fútbol argentino por 13º vez en toda su historia.
El gran mérito de aquel San Lorenzo es haber respondido en momentos clave. Le ganó a Boca y River por 1-0, a Racing por 3-0, se encontró con un Nacho Piatti determinante, convirtiéndose en el goleador con ocho tantos, y con Angelito Correa en pleno rendimiento, que le aportó gol y desequilibrio en momentos decisivos.
Pero, tal vez, el gran responsable de esta gran alegría fue el que que con el paso de los años se convirtió en el arquero más determinante de la historia azulgrana. Porque el Cóndor, antes del partido decisivo con Vélez, le contuvo un penal a Chiqui Pérez para cosechar un victoria fundamental ante el Xeneize y seguir con posibilidades de campeonar.
Ese torneo le dio pie a jugar la Copa Libertadores del 2014. Entonces, este título puede decirse que comenzó a gestar el gran cambio en la historia de San Lorenzo a nivel internacional, ya de la mano del Patón Bauza. ¡Salud, campeones!