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San Lorenzo y un empate de locos

El Ciclón lo dio vuelta y lo ganaba 3-1, pero Arsenal llegó a la igualdad en un puñado de minutos y casi lo gana al final. Tercer empate del equipo de Insúa en el torneo.

San Lorenzo estuvo más cerca que nunca de poder llegarse la primera victoria del 2022 en el Nuevo Gasómetro. Pero fue Arsenal, acaso un acto de justicia al repasar lo que fue el desarrollo global, el que le privó de ese festejo tan necesario para poder empezar a encaminar el ciclo de Rubén Darío Insúa. Fue un 3-3 de locos, que el Ciclón terminó pagando caro por los errores propios de siempre…

El conjunto de Sarandí fue más en el primer tiempo. En términos de dominio, tenencia e intensidad, el equipo de Leonardo Madelón se impuso en los 20 minutos iniciales. Por eso, el gol que consiguió Lucas Suárez, luego de una floja respuesta de Sebastián Torrico, tuvo cierta lógica. Con la tarea hecha, empezó a mostrar una postura más conservadora y le cedió el protagonismo al Ciclón.

Con la pelota, San Lorenzo fue más de lo mismo. Le costó horrores generar volumen de juego y solo llega a generar cierto peligro cuando encaraba Ezequiel Cerutti, pero a sus compañeros les faltó explosión en el tramo final de la cancha. La única clara llegó desde los pies del Pocho, en una arremetida después de un buscapié de Fernández Mercau. Pero no mucho más que eso. Al final del primer tiempo, la gente se acordó de los dirigentes. “A ver si se dan cuenta que no los quiere nadie…”, bramó el Bidegain.

ezequiel cerutti
Tercer empate de San Lorenzo en el torneo.

Para tratar de cambiar la historia, Insúa no modificó el esquema de cinco defensores pero sí metió un triple cambio en el arranque del complemento: Ortigoza, Braida y Leguizamón en lugar de Perruzzi, Martegani y Bareiro. La tónica no parecía cambiar demasiado, pero en un puñado de minutos llegó la paz: el Gordo cambió por gol un penal a Fernández Mercau y Jalil Elías, de arremetida, conectó un centro de Cerutti luego de un gran desborde por la izquierda.

Con la ventaja, San Lorenzo se acomodó mejor y encontró más premio con un golazo de Leguizamón, que encaró, pasó con un caño a un defensor y definió de zurda cruzado para el 3-1. Eran los mejores minutos del Ciclón, que incluso pudo llegar al cuarto si es que Medina no se la tapaba a Cerutti. Pero todo, increíblemente, se diluyó en un par de remates de Cristian Colmán: uno en el que tuvo otra floja respuesta Torrico y otro con un remate cruzado, inatajable esta vez para el Cóndor.

Luego del 3-3, el Ciclón fue un conjunto anímicamente destruido. La gente también estaba golpeada. Y desde ese momento todo fue involución y confusión. Torrico, de hecho, tuvo que poner el pecho para salvar un cabezazo de Suárez sobre la hora para evitar que San Lorenzo se vaya con las manos vacías. De locos.