De menor a mayor el primer tiempo del Ciclón, aunque flojo en líneas generales. La diferencia estuvo en la eficacia de los equipos. El local la metió en su única llegada al arco de Altamirano, a los 7 minutos con un cabezazo de Ramis que revisado por el VAR y discutido por todo Boedo por un posible offside de Burgos y falta a Báez, y el equipo de Russo no pudo concretar en ninguna de las dos claras que tuvo.
La primera fue a los 27′ cuando se la regalaron en salida a Cuello, el delantero encaró a toda velocidad y definió exigido, de tres dedos, para que la pelota salga ancha pegada al palo. La segunda llegó sobre el final con un buen remate de Bustos, de flojos 45 minutos, que terminó dando en el travesaño. El mejor de la primera mitad, sin dudas, fue Muniain, el único que intentó algo diferente pero sin ser acompañado.
En la vuelta del complemento Russo decidió volver con los mismos 11, y la ecuación no cambió. San Lorenzo siguió dominando pero con poca ambición y poco juego asociado. De hecho su única oportunidad de empatar fue con un mano a mano que le tapó Centurión a Cuello tras una buena individual del ex Almagro. Después, llegaron los cambios: Barrios y Vombergar adentro; afuera Irala y Bustos.
Parecía que el Perrito le podía dar algo más al ataque del Ciclón porque entró y generó dos situaciones que exigieron al arquero de Independiente. Sin embargo, se fue apagando en la medida el equipo se fue quedando. De a poco, esa segunda parte se fue haciendo más pareja, San Lorenzo intentó sin ideas que cambiaran la ecuación y el partido terminó con otra derrota dolorosa que no le permite salir del fondo de la tabla.