Lo sufrió hasta el final. No fue el mejor partido del equipo de Romagnoli ni mucho menos. Pero se ganó otra vez. San Lorenzo volvió a dar señales de vida una semana atrás contra Talleres (2-0). Cambió el ánimo. Modificó la atmósfera. Y la resurrección está empezando a consolidarse ahora. Porque se impuso ante Platense por 2 a 1 en Vicente López, sumó su segundo triunfo en fila y sumerge del fondo para soñar con otros objetivos.
Un anticipo de Cuello que pasó cerca del palo y un cabezazo de Pellegrino que reventó el travesaño fueron las dos llegadas claras antes del gol del Ciclón, en el minuto 17: penal clarísimo de Iván Gómez al ex Almagro y ejecución notable de Iván Leguizamón, abajo a la izquierda, para la ventaja azulgrana. El 1-0 aturdió al Calamar y parecía que se estaba acomodando mejor el equipo de Romagnoli, pero no…
Con el correr del primer tiempo, el Ciclón fue retrocediendo, esperó buscando contra y como perdió la mitad de la cancha, intentaba salir con pases largos sin destino. Desde esa zona, partió el pase de Picco entre Romaña y Báez para dejar mano a mano a Minerva, Chila Gómez salió apurado y le cometió el penal que Pellegrino cambió por gol. Luego del 1-1, poquito de los dos equipos para cambiar buscar el arco rival.
El arranque del complemento fue malo. El partido cayó en intensidad, los equipos se neutralizaron y las imprecisiones fueron una constante en el primer cuarto de hora. Pero de la nada, otro golazo de Irala: metió un tremendo derechazo de media distancia que se fue alejando de Cozzani y se clavó al lado del palo derecho. Segundo grito en fila del juvenil, luego de aquel del alivio ante Belgrano.
Pero San Lorenzo después del segundo tanto, prácticamente hizo lo mismo que luego del primero. Empezó a retroceder peligrosamente y le cedió la posesión a un Platense que más allá de tener pocas ideas para complicar más allá de un remate de Baldassarra que tapó Chila Gómez y un gol anulado a Ronaldo Martínez por offside, tuvo en tiempo de descuento la más clara en un cabezazo de Pellegrino, que entró solo y habilitado, que terminó dando en la base del palo.