En Vicente López se jugó un partido que tuvo de todo: errores propios, polémicas arbitrales y un San Lorenzo que nunca terminó de acomodarse. El equipo de Damián Ayude venía de ilusionar con su nivel frente a Vélez, pero esta vez los desaciertos propios y las intervenciones de Sebastián Martínez Beligoy (y hasta del VAR) marcaron la tarde en la que se fue con las manos vacías: 1-2 contra Platense y chau invicto en el Clausura.
Un primer tiempo al rojo vivo: errores groseros, expulsiones y Platense arriba
El arranque en Vicente López fue de pierna fuerte y silbato fácil. Sebastián Martínez Beligoy —sobrino de Federico, cabeza del arbitraje argentino— terminó tan protagonista como los propios futbolistas, en un contexto áspero que encendió la mecha desde el minuto inicial.
A los 5’, San Lorenzo se pegó el primer golpe solo: Elías Báez cerró desesperado un pelotazo que parecía controlado, no advirtió que Orlando Gill podía llegar y despejó con la derecha dejando al arquero descolocado. Ronaldo Martínez ganó la segunda jugada en el aire y, en el salto con el arquero llegando a la desesperada, apareció para firmar el 1-0 del Calamar.
El clima subió de temperatura enseguida. Cuello fue muy fuerte contra Ignacio Vázquez: amarilla para ambos (falta y reacción). Ya venían cruzados y, en la acción siguiente, Martínez Beligoy expulsó al central por un manotazo sobre el propio Cuello. Del tiro libre nació la igualdad azulgrana: centro de Reali y cabezazo de Báez —el mismo que había fallado en el 0-1— con floja respuesta de Cozzani para el 1-1 a los 25’.
Pero la balanza volvió a inclinarse rápido. A los 30’, Cuello repitió yendo al límite y vio la roja después de una falta sobre Salomón: compensación de manual del árbitro y error del delantero, que ya venía condicionado y con antecedentes recientes (lo de Tigre en Copa Argentina todavía quema). Para tratar de acomodar al equipo, Ayude sacó a Rattalino, que debutaba como titular, para darle lugar al discutido Vombergar, que ya la perdía en su primera intervención.
Cuando el primer tiempo parecía irse en ese empate caliente, llegó otro error fatal. En el tercer minuto de descuento, con el CASLA saliendo desde mitad de cancha, Nicolás Tripichio intentó un taco hacia Báez, perdió la pelota y Platense armó la contra perfecta: triangulación, centro rasante de Zapiola y Ronaldo Martínez, fantasma entre Hernández y Reali, empujó para el 2-1. Dos fallas propias, dos goles en contra y un descanso masticando bronca.
San Lorenzo fue, pero no encontró cómo
En la segunda mitad, San Lorenzo salió decidido a empatar, pero chocó contra sus propias limitaciones y un arbitraje que volvió a ser protagonista. Apenas comenzó el complemento, Matías Reali probó con un disparo que pasó al costado del palo derecho, mientras que un remate de Nicolás Tripichio promediando la etapa también terminó despejado. Pero no pudo más que eso. El equipo mostró actitud y ganas, pero careció de recursos para generar verdadero peligro sobre el arco rival.
Sobre el final, la polémica volvió a encender los ánimos: Augusto Lotti le pegó un codazo a Ignacio Perruzzi, una acción clara que ni Martínez Beligoy ni el VAR de Álvaro Carranza sancionaron. La jugada encendió la bronca del plantel, que buscó con centros desesperados y ataques desordenados romper la defensa de Platense, sin éxito. Gill incluso fue a buscar la pelota en los últimos instantes, pero ni ese centro fue bien dirigido. Toda una señal de las carencias que tuvo hoy el equipo en ataque…
San Lorenzo se despidió de Vicente López con una derrota 2-1, dejando un sabor amargo por errores propios y por decisiones arbitrales que condicionaron el desarrollo del partido. El equipo de Damián Ayude mostró actitud, pero no le dio para más y se terminó el invicto…
