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San Lorenzo pagó caro un error y se quedó afuera de la Copa Argentina

Con un error defensivo y un jugador menos desde el PT, San Lorenzo perdió 1-0 con Tigre en Morón y se despidió en los octavos de final.

En la Copa Argentina, los errores no se perdonan. Y esta vez, San Lorenzo lo sufrió en carne propia. En una cancha complicada como la de Deportivo Morón, y ante un Tigre que no necesitó mucho para sacar ventaja, el equipo de Damián Ayude perdió 1-0 y quedó eliminado en los octavos de final. Con un hombre menos durante todo el segundo tiempo, el Ciclón empujó más de lo que jugó, pero nunca encontró el camino al gol y se despidió del certamen.

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El equipo azulgrana, que venía mostrando señales positivas en el Torneo Clausura, tropezó en un partido cargado de imprecisiones, errores propios y muy pocas ideas en ofensiva. No convirtió goles en ninguna de las tres fases de la Copa, y esta vez no hubo penales que lo salven.

Primer tiempo: errores propios y una roja que complicó todo

En un terreno que no ofrecía garantías para jugar, el primer tiempo fue una lucha más que un partido. La cancha maltratada, la pelota que rara vez rodaba más de tres segundos seguidos, y un contexto que empujaba el desarrollo hacia el roce, el pelotazo y el error. En ese marco, San Lorenzo y Tigre protagonizaron un primer tiempo parejo, pero áspero, con pocas luces y mucha fricción.

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Y fue justamente un error insólito en defensa el que rompió la paridad. A los 24 minutos, un pelotazo frontal desde el fondo de Tigre encontró mal parado a Romaña, que perdió el cuerpo a cuerpo con Ignacio Russo. La pelota quedó boyando en el área y ni él ni Herrera se animaron a rechazarla: se miraron, dudaron, y le regalaron el gol a Héctor Fértoli, que no perdonó en el mano a mano con Gill.

Recién entonces San Lorenzo encendió el motor. Tuvo su chance más clara en un remate de Cerutti que pegó en el palo. Pero la reacción fue breve. El equipo volvió a desordenarse, perdió claridad y se enredó otra vez en un juego embarrado, literal y futbolísticamente.

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Para colmo, cerró el primer tiempo con una expulsión polémica. A los 47′, Alexis Cuello, que había sido amonestado minutos antes por reiteración de faltas, se tiró fuerte desde atrás contra Saralegui. Yael Falcón Pérez le mostró la segunda amarilla y lo mandó a las duchas. El delantero ni protestó antes de salir, pero sus compañeros y el cuerpo técnico sí tras el pitazo final: reclamaron que la jugada no ameritaba una nueva amonestación, y la protesta se extendió hasta el vestuario.

Segundo tiempo: sin goles, con entrega, pero sin claridad

Obligado por el contexto, San Lorenzo salió a buscarlo con lo que tenía. Un jugador menos, el marcador en contra, y la necesidad de ir. Pero si algo viene faltando en este equipo es el gol, y una vez más se fue en cero, como ya le había pasado ante Sportivo Las Parejas y Quilmes en las fases anteriores.

Recién a los 20′ tuvo su primera llegada clara, con un buen centro de Cerutti, un intento de Vombergar que no prosperó, y el rebote que Elías Báez mandó cerca del travesaño. Tres minutos después, casi lo liquida Tigre en una contra: Nacho Russo habilitó a Soto y Gill salvó con una gran atajada.

La más clara del Ciclón llegó a los 38′, otra vez con Báez como protagonista, asistiendo a Fabricio López, que cabeceó fuerte pero encontró bien parado a Zenobio. El arquero controló sin rebote y le puso candado al resultado. En el cierre, fue más corazón que fútbol. San Lorenzo intentó con centros, pelotas cruzadas y algún disparo aislado de Reali, pero no hubo caso.

La imagen final fue la de un equipo entregado, que dejó todo, pero que pagó carísimo un error y no tuvo recursos para empatarlo. El torneo federal se terminó para San Lorenzo. Ahora, el objetivo será seguir sumando en el Clausura y meterse en zona de copas para 2026.

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