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San Lorenzo empató con Vélez y no se pudo acercar a la punta

Tenía una oportunidad única para descontarle puntos a River, que anoche había igualado con Atlético Tucumán. Sin embargo, San Lorenzo tampoco pudo: empató sin goles ante Vélez, aunque resulte imposible no dejar de señalar el insólito gol anulado a Adam Bareiro que cobró Mastrángelo. Con el 0-0, todo va a seguir igual en la cima del torneo local, con el Ciclón seis unidades por debajo del Millonario al menos hasta la próxima fecha.

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El Fortín arrancó algo mejor pero se fue apagando con el correr de los minutos y solo se terminó acercando a Batalla con algunos centros que lejos estuvieron de amenazar con romper el cero. Lo del Ciclón, en cambio, fue de menor a mayor. Porque Nahuel Barrios, otra vez muy inquieto, estuvo encendido y encontró sus espacios para complicarle la vida al sector derecho de la defensa del local.

El Perrito generó las dos jugadas más claras del equipo. En ambas definió mal Andrés Vombergar, que obliga siempre pero está peleado con el arco desde hace tiempo. En la primera arremetió para que Chila Gómez atrape sin problemas y en la segunda eligió mal: en vez de buscar el arco quiso pasársela a Bareiro y no hizo ni una ni la otra. Y a los 38′ llegó una acción que marcó un quiebre.

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san lorenzo
La Roca Sánchez durante el partido en Liniers.

El gol anulado a Adam Bareiro no hace más que marcar el nivel del arbitraje del fútbol argentino. ¿Qué pasó? El delantero fue a pelear con Miguel Brizuela una pelota larga que partió desde la mitad de la cancha en Jalil Elías. Le ganó en el cuerpo a cuerpo y definió bien, por encima de Gómez para poner el 1-0. Sin embargo, Hernán Mastrángelo cobró un foul inexistente y, encima, luego de revisarla el VAR le dio el OK al juez. De no creer.

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San Lorenzo se animó y se soltó más en el inicio del complemento. Eligió, otra vez, la banda de Barrios y Malcom Braida para buscar el arco rival. Sin embargo, todo los intentos de buscar a Bareiro por los costados terminaron en rechaces de la última línea de Vélez. Promediando la segunda mitad, el local llegó a aproximarse a través del movedizo Prestiani que obligaron a Batalla a exhibir sus reflejos, pero, en líneas generales, el Ciclón no sufrió mayores sobresaltos.

Sobre el final, un desborde de Braida que primero no puede conectar Leguizamón y después, desde el piso, empujó como pudo Gastón Hernández no fue fue gol porque Gómez la encontró en la línea. Queda el sinsabor de haber sido más que Vélez y no poder meterle más presión a River en la pelea por el campeonato pura y exclusivamente por un fallo ajeno…

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