Triunfazo de San Lorenzo. En un contexto desfavorable por la expulsión de Coloccini en el primer tiempo, San Lorenzo aguantó como pudo, otra vez con Torrico sosteniendo el cero en el arco, y con gol de Julián Palacios consiguió su primera victoria del 2020 en la Superliga. Fue 1-0 ante Vélez y encima volvió a meterse en zona de copas internacionales.
No solo porque era necesario ganar por primera ve en una cancha siempre difícil, ante ese rival que siempre le complicó la vida. Bajo ese “vamos por todo” que esbozó Monarriz en la previa, el Ciclón lo jugó con dientes apretados y le ganó 1-0 a River en el Monumental con un tremendo golazo del Tanque Gaich.
El partido arrancó incómodo para San Lorenzo. Si bien los dos equipos metieron intensidad, la visita asustó después de un buen desborde de Bouzat que no llegó a conectar Robertone y después por una media vuelta de Romero que tapó Torrico en dos tiempos. Sin embargo, de a poco se emparejaron las acciones. Aunque, eso sí, sin llegar a pisar las áreas.
Y en la primera llegada, el Ciclón facturó en una contra letal. Uvita Fernández la empezó en campo propio, la manejaron los Romero, Ángel se la quiso pasar a Ramírez, pero le quedó larga y la resolvió el pibe Julián Palacios desde atrás, con una definición sutil por encima de Hoyos. Golazo. Al ratito, envalentonado, el ex Defensa y Justicia tuvo la posibilidad del segundo, pero el disparo salió por encima del travesaño.
Pero el partido iba a tener otro giro. En el mejor momento de San Lorenzo, a Coloccini le quedó larga un despeje, se le tiró feo a Bouzar y debió irse al vestuario por roja directa. El defensor pasó a ser uno de los mejores a hacerse expulsar y dejar al equipo con uno menos. En este escenario, ya con Gonzalo por Uvita Fernández, el segundo tiempo fue completamente diferente.
Por inercia, Vélez empezó a llegar. Un remate de Ortega. Otro más de Robertone. Y un disparo de Centurión. Pero todos desviados. Y, encima, las que iban al arco las despejaba Torrico. Porque tuvo que aparecer cuando un centro pasado parecía colarse en el segundo palo y porque también voló para bloquear un tiro de Thiago Almada. ¿Y San Lorenzo? Aguantando bien parado, tratando de sacar una contra para liquidar.
Sobre el final, prácticamente se terminó la insistencia de los de Heinze. Y para eso, Angel Romero fue fundamental para tratar de mantener la pelota lejos del arco azulgrana. Vélez lo sintió, se desesperó, a Gianetti le saltó la térmica y terminaron 10 contra 10. Pese al envión anímico y terminar lejos del Cóndor, el arquero tuvo que aparecer una vez más a segundos del final para quedarse con la bola del partido. Por fin, San Lorenzo volvió a sonreír.