La etapa de Miguel Ángel Russo en San Lorenzo ya es historia. Este viernes por la mañana, el entrenador rubricó su salida formal del club tras firmar la rescisión del contrato que lo vinculaba hasta diciembre. Desde ahora, ya no pertenece oficialmente a la institución azulgrana y tiene el camino liberado para irse a Boca.
Aunque su salida se había definido hace varios días, tras la eliminación en las semifinales del Torneo Apertura, restaba resolver un paso clave: el pago que había sido acordado para destrabar su desvinculación. Una vez que San Lorenzo recibió el dinero —alrededor de 400 mil dólares netos, descontadas las deudas salariales con el DT y su cuerpo técnico, más cuestiones impositivas—, las partes se reunieron para trasladar todo a los papeles. El trámite se completó sin inconvenientes.
Russo había asumido en octubre del año pasado, con la intención de ordenar a un equipo golpeado futbolística y anímicamente. Su arranque, sin embargo, no marcó grandes diferencias respecto al ciclo anterior de Leandro Romagnoli, con un cierre de 2024 que dejó muchas dudas. Pero cuando menos se esperaba, el equipo encontró respuestas en el Torneo Apertura: se metió entre los mejores cuatro del campeonato y peleó hasta las semifinales, donde cayó con Platense.
Sin embargo, el cierre de su ciclo estuvo lejos de ser prolijo. Mientras el equipo se jugaba partidos importantes, Russo ya negociaba su llegada al Xeneize. Eso generó muchísimo ruido entre los hinchas, en la dirigencia y posiblemente también en los jugadores, que observaban cómo el entrenador empezaba a mirar hacia otro lado mientras el club todavía estaba en competencia.
En total, en esta segunda etapa dirigió 31 partidos oficiales, con 11 triunfos, 9 empates y 8 derrotas, y una efectividad del 47,77% de los puntos. Su paso, que dejó una campaña decorosa cuando pocos la esperaban, no terminó de buena manera…
