Aunque nadie duda que el objetivo principal es la Copa Argentina, donde ya accedió a las semifinal que jugará ante Defensa y Justicia, San Lorenzo tiene mucho en qué pensar. O al menos, en qué tratar de pensar. Y en el orden de importancia, el partido de este jueves contra Godoy Cruz tiene la prioridad absoluta por distintos condimentos que pueden influir en el futuro inmediato.
El duelo en el Malvinas Argentinas por la Copa de la Liga será trascendental porque el Tomba es un rival directo en las dos torneos a los que aspira el equipo de Rubén Insua. Por un lado, ambos pelean por ganarse un lugar entre los cuatro primeros que pasarán a los cuartos de final del torneo doméstico y, por otro, luchan en la tabla anual que clasifican a las próximas copas internacionales.
En el campeonato San Lorenzo viene de capa caída: suma nueve puntos (está décimo) luego de ganar el primer partido, de empatar seis encuentros al hilo y de caer por goleada de local frente a Newell’s. Godoy Cruz tiene estadísticas similares, aunque acumula doce unidades (cuarto): tras cinco igualdades consecutivas se recuperó ante Estudiantes, al que derrotó en La Plata.
En la tabla anual, encima, el Ciclón está comprometido. Los dirigidos por el Gallego alcanzan los 55 puntos y actualmente ocupan el cuarto lugar, el último que lleva a la Copa Libertadores 2024. Y el Tomba está quinto, apenas dos unidades por debajo. Por lo que en caso de un traspié del CASLA en Mendoza lo dejaría por primera vez en la temporada afuera del máximo trofeo continental.
Y no solo eso, San Lorenzo está a solo cuatro puntos de Estudiantes, el último que hoy está entrando a la Sudamericana por la tabla acumulada. Por eso, el choque de este jueves con Godoy Cruz y la recta final de la Copa de la Liga será trascendental para no comprometer el futuro inmediato de un equipo que la viene peleando como puede.
