Sebastián Torrico cumplió un sueño: formar un equipo propio de fútbol. Es que en octubre del 2012, apenas seis meses antes de arribar a Boedo, nació la Fundación Amigos por el Deporte del cual es su presidente con la clara idea de promover actividades sociales en su Mendoza natal, con chicos de entre 5 y 12 años. Pero durante sus pocos años de vida, el Cóndor logró su sello ganador: en 2016 debutó y ganó de manera invicta la Liga Mendocina, después salió campeón del Torneo Federal C y actualmente compite en el Torneo Regional Amateur.
Con el sueño de mantener el pleno crecimiento de la institución, el arquero aspira a llegar al Federal A. Y para lograr los objetivos, considera clave contar con jugadores de trayectoria. Ahí aparece en escena Salvador Reynoso. Sí, el ex juvenil de San Lorenzo que contó con dos pasos entre 2008 y 2011 y entre 2012 y 2013) y tuvo experiencias en Unión San Felipe de Chile y varios equipos del ascenso argentino, como Sarmiento de Junín, All Boys y Flandria.
“Me llama en un momento donde estaba estudiando algunas propuestas del exterior, pero no se terminaron dando y acepté este desafío. Me dijo que era bueno para no perder ritmo, que es un proyecto serio y me iba a sentir muy cómodo, así que no lo dudé”, relató la flamante incorporación de FADEP (arribó en enero de este año) en diálogo con Solo San Lorenzo, la revista de tirada mensual que se difunde gratuitamente en cada partido que el Ciclón juega en el Nuevo Gasómetro.
“Me encontré con un lugar que me sorprendió para bien. Más allá de estar en una división menor, no tiene nada que envidiarle a cualquier otro. Da la sensación que estás en un club de Primera”, agregó el mediocampista de 32 años. Y su declaración tiene una explicación: la Fundación creció exponencialmente desde su nacimiento y pese a la pandemia, hoy en día continúa con las obras donde funcionará un predio deportivo de seis hectáreas en Rusell, Maipú, para que el plantel profesional, sus divisiones inferiores y la Escuela cuenten con casa propia. La idea es inaugurarlo a fin de año.
A Torrico se le destaca el profesionalismo para mantenerse en actividad a los 40 años. De hecho, muchas veces a la semana hace un turno extra en la Ciudad Deportiva junto al juvenil López Kaleniuk y otros chicos que viven en la pensión. Y según Reynoso, en los escritorios conserva la misma línea y la calidad humana que siempre lo caracteriza: “Torri es muy responsable, exigente y serio, pero lo que más destaca es su humildad. Es un tipazo. Siempre presente y en todos los detalles”.
Mientras aguarda por el regreso del fútbol, el arquero más determinante de la historia de San Lorenzo divide su tiempo con el club que nació con el único objetivo de ayudar a los demás. En la actualidad, FADEP cuenta con alrededor de 150 chicos entre todas sus categorías, de los cuales cerca de cien están becados y el resto abona una cuota social para cubrir los costos de la participación en los torneos.
