Con la llegada de Chila Gómez, que por estas horas se sumará a la pretemporada en Uruguay, Rubén Insua ya tiene el puesto de arquero cubierto dentro de su plantel. Porque además del ex Racing, están Facundo Altamirano, el titular indiscutido para el Gallego, y los juveniles Lautaro López Kaleniuk y Mateo Clemente como alternativas.
Entonces, ¿Qué pasó al final con el paraguayo Orlando Gill? Se sumó a San Lorenzo, sí… pero a la Reserva. Hace un día, el guardameta de 23 años posteó una foto en sus redes sociales donde confirmó su llegada al club para ser parte del grupo de juveniles que trabaja bajo las órdenes de Leandro Romagnoli en la Ciudad Deportiva. Hoy, directamente, formó parte de uno de los amistosos del equipo del Pipi con Arsenal de Sarandí.
De este modo, es el tercer jugador que llega a Boedo en este mercado para sumarse al plantel que dirige el Pipi. Antes ya se habían sumado Danilo Gómez, un volante ofensivo de 21 años a préstamo de Colón, y Gonzalo Alassia, mediocampista central de 19 años que venía de quedar libre de Atlético Rafaela. ¿En qué condición se sumó Gill? En principio arribó con el pase en su poder.
¿Por qué se había trabado su llegada?
Básicamente por un orden de prioridades para Insua. Para el técnico azulgrana, lo primero y principal era que los directivos aceleren las negociaciones por varios de los futbolistas que pretendía retener y luego buscar otros para reforzar el equipo de cara al 2024. En esa etapa están todavía los encargados del fútbol, ahora buscándole jugadores en ataque.
En ese contexto, ya con los puestos de arqueros cubiertos en Primera, Gill se sumó directamente a los entrenamientos de la Reserva, donde peleará por un lugar con Santiago Torres y Fabricio Díaz. Santiago Viera, el volante uruguayo de 25 años que también en su momento parecía estar cerrado, estaba hace algunos días a la espera de saber si finalmente será jugador de San Lorenzo o deberá buscarse otro club.