El 27 de enero de 2020 la noticia irrumpió en los medios: Lautaro Carrachino, quien supo ser una promesa de las inferiores de San Lorenzo, quedó involucrado en un crimen durante un intento de usurpación para instalar un bunker de drogas, en Ciudad Evita. Tras diez meses prófugo, la Policía logró interceptarlo y quedó detenido hasta hoy, finalmente, conoció su sentencia.
A más de tres años de aquel hecho, el ex juvenil del Ciclón fue condenado a prisión perpetua. La sentencia fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Matanza por el asesinato a Rubén Oscar López (46), quien aquella noche había ida a ayudad al dueño de la propiedad y recibió un disparo en la cabeza.
Su nombre ingresó por primera vez en las crónicas policiales a sus 17 años, cuando aún era futbolista de San Lorenzo y jugaba en la Reserva. En 2014 su padre lo retiró de la pensión y estuvo desparecido por dos días luego que lo involucraran en el homicidio de un adolescente. Pero la causa no prosperó porque el hecho había ocurrido tres años antes, cuando aún era menor y fue declarado inimputable.
Carrachino supo ser un jugador que prometía. En 2015 fue goleador de la Quinta que se consagró campeona invicta, donde entre otros compartía plantel con Marcos Senesi, y un año más tarde firmó su primer contrato hasta 2020. Sin embargo, sus problemas lo fueron afectando adentro de la cancha. En 2018 el CASLA lo dejó libre y pasó a Almagro, donde le puso fin a su carrera profesional tras cuatro partidos jugados en la Primera Nacional.
