Hace algunos días que San Lorenzo se aseguró que Franco Di Santo no irá a Boca. Al delantero lo buscó el Xeneize, pero el contrato elevado que percibe el mendocino hicieron que la venta se caiga a pesar del arreglo entre clubes, tal como lo confirmaba Horacio Arreceygor. Ante la frustrada salida del mendocino, el jugador que estuvo cerca de irse, al menos por un rato, fue Nicolás Fernández.
A Uvita lo vino a buscar Defensa y Justicia y hasta ayer las negociaciones estaban avanzadas. El Ciclón tiene una deuda con el Halcón porque jamás terminó de pagar los dos millones de dólares que correspondían al 50% de su ficha y la idea en Varela era descontar el monto a saldar más plata arriba para repatriar al santafecino de 25 años. Pero por ahora no hay acuerdo y se queda…
De momento la negociación no está caída ni mucho menos. Sí frenada. ¿La razón? Una posible oferta que tendrían para emigrar los hermanos Romero, quienes mientras se preparan para emprender su regreso al país (llegarían el jueves, aparentemente los estarían buscando (o tratando de ubicar) en el fútbol de Estados Unidos o Brasil.
Los cimientos del club se vienen sacudiendo con pésimas noticias en los últimos meses, desde intimaciones por parte de ex jugadores hasta fallos de la FIFA en contra, y es por eso que en Boedo nadie es declarado intransferible. En definitiva, los dirigentes esperan con ansias algún ingreso para empezar a afrontar los compromisos económicos en el corto plazo.
En medio de todo esto, San Lorenzo debutará el domingo contra Arsenal por la primera fecha de la Liga Profesional con el objetivo, de mínima, de poder llegar a la Copa Libertadores del año que viene, cuya clasificación le dará un aporte en dólares necesario para engrosar la caja de la institución.