En una tarde cargada de tensión por la eliminación de San Lorenzo ante Platense, Marcelo Moretti protagonizó un episodio escandaloso en el Nuevo Gasómetro. Pese a estar de licencia indefinida en su cargo como presidente, el dirigente apareció en el estadio y su presencia generó un nuevo foco de conflicto.
Pese a que está con licencia y su imagen pública está absolutamente desgastada, llegó al estadio cerca del cuarto de hora del primer tiempo, acompañado por su custodia, e intentó ubicarse en el palco presidencial, el lugar que siempre ocupó como máxima autoridad del club. Pero la escena fue tan tensa como insólita: los propios dirigentes del club, encabezados por Julio Lopardo, el actual presidente en funciones, lo invitaron a retirarse del lugar.
Sus propios pares lo sacaron. Así, sin rodeos. No hubo espacio para discusiones. El clima no daba margen. Intentó permanecer en el estadio. Bajó a la zona cercana a los vestuarios, donde volvió a ser reconocido, esta vez por empleados del club y algunos hinchas, que también lo instaron a irse. Había una orden expresa para que no permanezca en el lugar, y finalmente tuvo que abandonar el Nuevo Gasómetro pocos minutos después de su llegada.
Como ocurre en cada presentación del equipo en el Bidegain, los insultos contra Moretti se repitieron antes, durante y después del partido. El repudio popular fue total, aún con la bronca por la eliminación fresca, y dejó en evidencia que su figura sigue siendo el símbolo del caos institucional que atraviesa San Lorenzo.
