San Lorenzo se prepara para comenzar una nueva etapa bajo el mando de Damián Ayude. El plantel profesional volverá a los entrenamientos el próximo lunes 16 de junio, en medio de un panorama repleto de incertidumbres: un posible éxodo de jugadores, refuerzos que no llegan, deudas por inhibiciones y un calendario que no da tregua.
El regreso será en el Bajo Flores: la primera semana de trabajos se realizará en la Ciudad Deportiva, mientras se termina de definir cómo continuará la preparación. La intención del cuerpo técnico es trasladarse a Cardales a partir de la segunda semana, para aislar al grupo y encarar la parte más intensa de la pretemporada. Sin embargo, aún no hay confirmación oficial, por lo que el plan podría modificarse en función de la situación institucional.
En las últimas semanas se evaluaron otras alternativas: hubo ofrecimientos para realizar una parte de la preparación en Brasil, con la posibilidad de disputar un cuadrangular, pero la idea terminó descartándose. También surgió la chance de hacer una etapa en Uruguay, como ocurrió en recesos anteriores, aunque por ahora no hay nada definido. Lo concreto es que, como mínimo, en Boedo buscan cumplir el pedido de Ayude: entrenar en un complejo infraestructura adecuada y condiciones de trabajo óptimas, como ofrece Cardales.
Otro punto sin resolver es si San Lorenzo disputará partidos amistosos antes de volver a jugar por los puntos. Hasta el momento no hay rivales ni fechas confirmadas, aunque no se descarta que el equipo juegue algunos encuentros a puertas cerradas durante la preparación. Por ahora, todo está en evaluación, y las definiciones llegarán con el correr de los días.
Lo que sí está definido es el regreso a la competencia. El sábado 5 de julio, San Lorenzo enfrentará a Quilmes por los 16avos de final de la Copa Argentina, en sede a confirmar. Y apenas una semana después, el fin de semana del domingo 13 de julio, visitará a Talleres de Córdoba por la primera fecha del Torneo Clausura. Todo, en un contexto donde cada paso se da con cautela.
