Explotaron más bombas. Nuevamente, el campo estará minado de bombas de cara al próximo mercado de pases. ¿Por qué? Porque a San Lorenzo le cayeron tres nuevas inhibiciones en las últimas horas. En este caso, por deudas contraídas con tres clubes por las contrataciones de jugadores que jamás se pagaron y por un arreglo con un jugador que jamás pagó.
En el sitio oficial de la FIFA, apareció que el Ciclón tendrá que pagarle a Monterrey de México alrededor de 600 mil dólares por la compra de Adam Bareiro. El Príncipe volvió al club a comienzos de 2022 y luego de un buen año el club lo adquirió en diciembre de ese mismo año por dos millones de dólares. El monto que ahora debe abonar corresponde a la tercera y última cuota ya vencida.
Otro monto importante que tiene que saldar tendrá que ir para Diego Rodríguez. El Torito se fue de Boedo en 2021, reclamó varias veces una deuda de 490.000 USD y terminó yendo al TAS, que inhibió a San Lorenzo a mediados del 2023. Finalmente, el club acordó un plan de pagos con el jugador en agosto para levantar la sanción, pero como jamás cumplió ahora tiene que pagar. A esto se suman 160 mil que le debe a Xolos de Tijuana por su compra, en enero de 2021.
Además, el Ferencváros de Hungría le puede al Ciclón por 140.000 dólares adeudados de la compra de Carlos Auzqui, que desembarcó en la institución en julio del año pasado y terminó rescindiendo en diciembre.
El monto final
La dirigencia de San Lorenzo debe conseguir alrededor de 1.400.000 dólares de acá a mitad de año o acordar un plan de pago con los acreedores para poder levantar incorporar en el próximo mercado de pases. Para conseguir esos recursos, a diferencia del libro pasado, en Boedo piensan desprenderse de algunos jugadores para poder recaudar.