Finalmente, después de varias gestiones, las autoridades paraguayas autorizaron la repatriación de los jugadores que trabajan en el exterior. Así fue que Adam Bareiro logró volver a su tierra natal para reencontrarse con su familia, seguir la cuarentena obligatoria y esperar allí que se resuelva su futuro. ¿Será en San Lorenzo? Casi imposible…
Al delantero de 23 años se le termina el préstamo el 30 de junio y la opción fijada por el Monterrey de México es de nada menos que 7.000.000 de dólares. Una cifra elevadísima para estos tiempos que corren. Y más teniendo que recién en las últimas horas la dirigencia está empezando a ponerse al día con el plantel.
Aún sabiendo que su continuidad es difícil, Bareiro dio indicios pero no quiso cerrarle definitivamente su etapa en Boedo. “Debería sentarme con mi representante para evaluar si hay algo bueno para mi carrera futbolística y seguir creciendo. Mi objetivo es llegar a la Selección y consolidarme en el lugar donde me toque estar”, aseguró en charla con el programa Fútbol a lo grande, de Paraguay.
El guaraní llegó a San Lorenzo a mediados del año pasado y empezó teniendo continuidad. Sin embargo, aquel recordado penal que picó ante Rosario Central marcó un antes y un después en su estadía. Y aunque logró recomponer su imagen sobre el final, jugó poco. En total fueron 14 partidos con cuatro goles convertidos: uno por la Copa Libertadores, ante Cerro Porteño, y tres en el ámbito local, dos contra Lanús y uno frente a Patronato.
Pero claro, más allá de su rendimiento, la situación económica es y será una complicación. Una buena alternativa sería intentar bajar el cargo de la opción de compra o buscar una nueva cesión. Pero hasta ahora nada de eso ocurrió. Por ahora, a esperar. Aunque todo parece indicar que ya no volverá.
¿Qué contratos más restan por resolverse antes del 30/6? El de Fernando Monetti, que tiene una cláusula para irse de Boedo. El de Gonzalo Rodríguez, que termina su contrato. Y el de Gerónimo Poblete, quien seguramente, al igual que Bareiro, no volverá a vestirse de azulgrana.