La negociación por Nahuel Barrios había tenido un avance sustancial en el arranque de la semana y, de repente, se frenó. De hecho, entre San Lorenzo y Lanús había un acuerdo para que salga a préstamo hasta diciembre, con una multa en caso que no juegue cierta cantidad de partidos y una opción de compra de 2.500.000 de dólares. ¿Y entonces?
Lo que faltaba era avanzar en el contrato del Perrito, pero ese fue el punto que detuvo su salida. En principio, no se quiere bajar de lo que gana en Boedo y como eso es algo inalcanzable para el Granate, que se le abrió un cupo de emergencia por la lesión de ligamentos de Raúl Loaiza, continuará jugando para el Ciclón al menos hasta terminar el 2024.
La chance de que Barrios se vaya de San Lorenzo viene desde mediados de año, cuando apareció una primera propuesta concreta de Vitoria de Brasil a horas del cierre del mercado de pases que el propio jugador terminó desechando. Después también surgió el rumor de Barracas Central porque Iker Muniain lo iba a relegar aún más en el equipo, pero tampoco prosperó.
Lo concreto es que el año de Barrios está lejos del esperado. Luego de aquella explosión en la primera parte del ciclo Insua, el Perrito fue perdiendo su lugar en el 11 inicial y la dirigencia fue acumulando jugadores en su posición. Y eso, de alguna manera, fue dejando de lado al atacante de 26 años. Si su situación no cambia, posiblemente su nombre estará nuevamente en la rampa de salida en el próximo mercado…
