Rubén Darío Insúa llegó a San Lorenzo en medio de una crisis institucional y económica que, entre otras cosas, obligó a adelantar el período eleccionario. Y, claro, tuvo que conformarse con lo que había y poco más. Pidió por Cauteruccio y lo conformaron con Vombergar, por dar un ejemplo, un jugador casi desconocido para el mundo el fútbol.
El Gallego calificó de “austero” el momento en el que le tocó volver a agarrar el Ciclón durante una entrevista en ESPN. Y para darle un poco más de contexto a ese título, lo graficó con una frase que le dijo un dirigente en estas últimas semanas: “Estaba charlando en la concentración con el tesorero del club y me dijo que el presupuesto actual era el mismo que en años anteriores cubría solamente a dos jugadores“.
Entonces, tuvo que apelar al ingenio y recurrir a pibes que están creciendo de golpe: “Con mucho trabajo y ensayo pudimos ir modelando el equipo de a poco. Nos encontramos con muy buenos jugadores jóvenes, que cuando tuvieron la posibilidad de jugar no se asustaron. Al contrario, jugadores de buena calidad, coraje, espíritu… y terminamos bien”.
En cuanto a lo futbolístico, Insúa reconoció que desde el inicio de la temporada, contra Independiente, sintió química entre los jugadores y los hinchas más allá de que le costaba conseguir buenos resultados de local: “Se notaba que el equipo sufría y le costaba ganar, pero desde el primer partido el público de San Lorenzo fue en gran cantidad. Después, de forma sistemática, tuvimos una localía muy fuerte“.
Y agregó: “El mérito está en lo que los jugadores hicieron dentro del campo y el escenario favorable que tuvimos en el Nuevo Gasómetro, con la gente siempre apoyando y disimulando muchas veces los errores de los jugadores jóvenes”.
¿Cómo fue el manejo de grupo? “Desde el primer día tratamos de ser lo suficientemente claros en cuanto a determinadas normas básicas, relacionados con el sentido común, con la convivencia“, comentó, al mismo tiempo que hizo referencia a Sebastián Torrico y Néstor Ortigoza como referentes del plantel: “Fueron dos ejemplos fantásticos. Los dos tienen personalidades muy distintas, pero tenían un gran compromiso con el lugar en el que estaban, siempre se comportaron diez puntos, con sus compañeros y en el aspecto profesional”.
Después comentó que se inclinó por la línea de cinco (o tres centrales, como a él le gusta decir) por las cualidades de los futbolistas que había. “Hay que respetar las características individuales antes que resolver el sistema. Tenemos un muy buen líbero como Zapata, y marcadores centrales de buen nivel como Gattoni y Hernández. Creíamos que era el sistema adecuado”.
Pensando en lo que viene, Insúa dejó en claro que la idea es “seguir compitiendo y cada vez más cerca de los primeros lugares” porque “si sos competitivo en algún momento lográs ganar títulos“, que es lo que pretende para su San Lorenzo en el 2023.