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Decepción total

San Lorenzo volvió a jugar mal, perdió con Racing 1-0 en el Nuevo Gasómetro y se fue despedido con una lluvia de silbidos. Mientras, el futuro de Monarriz es incierto.

Otra vez. Monarriz no encuentra el rumbo y San Lorenzo va en caída libre. Después de la pobre actuación en Córdoba, volvió a padecer de ideas y juego para poder al menos herir a un Racing que tuvo que invertir poco para llevarse un triunfo del Nuevo Gasómetro. Fue un 1-0 preocupante para todo Boedo.

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El primer tiempo de San Lorenzo no fue bueno. Si bien arrancó algo mejor, con el correr de los minutos increíblemente le cedió la pelota a Racing y apostó a una contra que jamás llegó. Porque cada vez que intentaba salir del rápido, lo hacía con Angel Romero o Gaich bien aislados del resto.

Aún así, la primera clara fue azulgrana, cuando el mellizo ensayó una chilena que pasó rozando el palo izquierdo de Arias. Sin embargo, la respuesta de La Academia fue casi inmediata: Matías Rojas estrelló la pelota en el poste y después, ni los tres centrales ni la altura local pudo con Mauricio Martínez, que entró solo para ganar por arriba y poner el 1-0.

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Salvo un cabezazo que se fue desviado de Angel, los últimos minutos fueron totalmente olvidables: el equipo de Monarriz continuó con la misma parsimonia ante el toqueteo visitante y se fue al descanso con una lluvia de silbidos, algo que se veía venir por el flojísimo rendimiento de los jugadores en cancha.

Para cambiar la historia en el complemento Monarriz movió el banco y modificó el esquema. Mandó al césped a Nacho Piatti e hizo debutar a Agustín Hausch, que entraron en los lugares de Coloccini y Juan Ramírez, y mutó la línea de cinco por una de cuatro defensores. Después a Oscar por Julián Palacios, pero el desarrollo no cambió demasiado.

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En medio de un nerviosismo generalizado, San Lorenzo fue con más ganas que juego, volvió a ser incapaz de patear al arco durante todo el complemento y, así, a Racing no lo complicó ni un poquito. De hecho, los de Beccacece perdonaron varias veces antes del final del pitazo final de Trucco. Agazapados, buen parados en cada contra que tuvieron. Le terminó haciendo precio.

La despedida fue lógica. San Lorenzo se fue al vestuario con una lluvia de silbidos incesante y al grito de “y pongan huevo, la p… que lo parió”. Y hay razones de sobra: Monarriz no encuentra respuestas y eso se ve reflejado en los números del 2020, donde solo sacó 4 de los 15 puntos en juego. La decepción es total.

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