Fue un partido para agarrarse la cabeza y arrancarse los pelos. Con un gran arranque, gol incluido, una insólita expulsión tempranera que casi tira todo por la borda y cuando todo parecía encaminarse a los penales, apareció otra vez el San Lorenzo de los milagros: en el último minuto del tiempo reglamentario, Cuello se lo llevó puesto a Paz, encaró y definió de manera excelente ante la salida de Zenobio para poner el 2-1 final con el que el Ciclón venció a Tigre y se metió entre los ocho mejores del Torneo Apertura.
El comienzo fue soñado. Porque entre la efervescencia de la gente y un equipo que intentó desde el minuto cero salir rápido con la pelota en sus pies, llegó una contra espectacular que puso lo puso en ventaja a los 3 minutos: rechazo de Báez, conducción y cambio de frente de Braida, asistencia de Pocho Cerutti y el gol de Vombergar para poner el 1-0. Se jugaban 10 minutos y -por agresividad- estaba bien que el CASLA sacara una cabeza de ventaja. Pero…
A la salida de un córner a favor, que llegó tras un buen remate de Herrera que sacó Zenobia, un momento clave que cambió el partido a los 13′: Irala quedó como último hombre, se durmió entreteniendo la pelota y tuvo que camisetear a Nacho Russo cuando iba derecho al arco de San Lorenzo. Roja directa insólita para el volante de Yael Falcón Pérez y a aguantar con diez.
A partir de ese momento fue un monólogo de Tigre, que movió la pelota de un lado al otro sin encontrar demasiadas respuestas ofensivas. Aún así, tuvo que aparecer Gil en todo su esplendor para ahogar el empate: primero, a puro reflejo le tapó un disparo potente a Russo y después, le sacó un tiro libre muy esquinado a Diego Sosa aunque, de todos modos, el juez había cobrado falta de Ramírez a Muniain.
Ya en el complemento, el Ciclón no pudo sostener la ventaja. Lo empató rápido Tigre con un centro pasado de Sosa que Nacho Russo metió para adentro y Fértoli tuvo que empujar para firmar la ley del ex cuando apenas se habían jugado 4′. Cuando parecía que se venía la noche, el equipo de Dabove pareció conformarse, bajó un cambio, y el de Russo trató de controlar un poco el partido y bajarle la intensidad, algo que fue consiguiendo con el correr de los minutos.
Ya en el cierre, cuando San Lorenzo lo aguantaba lejos de Gill con orden y concentración y la serie parecía que se definía en los penales, la explosión total del Nuevo Gasómetro. Cuello, que hasta el momento no había convertido en el año, se convirtió en héroe en el minuto 89: fue a puro ímpetu a pelear una pelota que controlaba Paz en tres cuartos de cancha, se lo comió crudo para sacarlo de carrera y quedó cara a cara con Zenobio para clavarla a un rincón. 2-1 con uno menos casi todo el partido y en medio de la crisis institucional, con plantel corto y sufrimiento, se clasificó a los cuartos de final.
