La sorpresa se adueñó durante las últimas horas por Boedo. Cuando todos los cañones apuntaban hacia Paolo Montero como el candidato más firme, apareció nuevamente el nombre de un viejo conocido: el de Pablo Guede, por quien San Lorenzo ya tuvo dos respuestas negativas pero no se rinde en poder repatriarlo.
El ex DT del Ciclón siempre fue el principal apuntado por la dirigencia que actualmente lleva adelante Horacio Arreceygor. Sin embargo, su mala relación con Leandro Romagnoli hicieron que desestime la posibilidad de volver. Primero le dijo “no” al presidente en funciones y después a Cetto, quien recién había asumido como manager. Pero la CD insiste…
Cuando parecía que definitivamente Guede no corría, apareció la figura de Lammens, que volvió a meterse en la vida de San Lorenzo una vez que Marcelo Tinelli se alejó por licencia del club. “Le encargué que lo llame Matías, que es un viejo conocido de él. He tenido charlas con el representante y quisimos hacer un último intento”, contó Arreceygor en diálogo con El Plateísta.
Después, admitiendo que urge la contratación de un técnico sabiendo que el plantel debe regresar a los entrenamientos la próxima semana, agregó sobre la insistencia por el técnico: “Yo siempre fui claro, a mí me gusta Guede y voy a hacer el esfuerzo hasta último momento de poder concretarlo. No le vamos a ofrecer una carta abierta teniendo en cuenta que ya hay un manager”.
¿Cuándo debería San Lorenzo conocer la respuesta de Guede? Este mismo jueves. “Seguramente vamos a tener una novedad y esperemos que sea afirmativa. Hasta mañana lo esperamos. Antes del fin de semana tenemos que estar con la elección hecha“, añadió mas tarde.
A raíz del anhelo de los popes del Ciclón, la pregunta que aún no tiene respuesta es saber qué pasará con el futuro de Romagnoli sabiendo que una convivencia con el técnico sería imposible. “No tenemos pensado qué vamos a hacer con el Pipi. Es un ídolo de la casa, ha ocupado la Secretaría Técnica que hoy ha dejado porque tenemos manager. Entonces tendríamos que charlar con él. Veremos…”, dudó Arreceygor.