No pasaron ni tres meses y medio desde que Iker Muniain firmó su contrato con San Lorenzo. En esta corta estadía, conoció todo lo bueno y también lo malo del fútbol argentino. Jugó algunos partidazos propios y como premio a su desempeño y su trayectoria, Russo le otorgó la cinta de capitán. Es referente. Figura.
Pero evidentemente eso no le preocupa demasiado al campeón de América: por estas horas, Botafogo de Brasil mantuvo un contacto con su entorno para acercarle una propuesta contractual millonaria, buscando seducir primero al propio jugador antes de entrar en una eventual negociación con San Lorenzo.
El vasco de 31 años tiene contrato vigente hasta diciembre de 2025, pero lo que nunca se supo ni quedó claro es si tiene o no cláusula de rescisión. Hay algunos que indican que la tiene para el mercado venidero. En Boedo, en cambio, lo niegan… aunque por los antecedentes de esta gestión habrá que tomar esa versión con pinzas.
Iker reiteró en varias oportunidades, sobre todo cuando se insistió en los medios del supuesto interés de River, que no pensaba ni un solo segundo en el mercado. “Sé que se hablan muchas cosas, pero muchas son mentiras. Tengo la cabeza aquí y no pienso en otra cosa. Quiero salir de esta situación con mi equipo, con mis compañeros, con mi hinchada. Quiero vivir buenos momentos. Sé que se genera polémica con todo”, dijo, entre molesto y resignado, después de la derrota de San Lorenzo ante Belgrano, hace apenas tres semanas en el Nuevo Gasómetro.
San Lorenzo quedó preso de los errores dirigenciales que vienen de arrastre y se agravaron con la llegada de Marcelo Moretti. El club está en una situación límite, con la necesidad de recortar su presupuesto ya que se cortan los ingresos en dólares por no haber clasificado a ningún torneo internacional y la obligación de vender jugadores para saldar deudas y equilibrar su economía.
Hasta el momento Muniain esquivó todo: atrasos salariales, aprietes de la barra y un contexto que no ayuda en nada. Sin embargo, habrá que ver cómo reacciona a la propuesta de un club que institucional y económicamente está en la vereda opuesta al Ciclón. El mercado viene para largo y hoy nadie en San Lorenzo puede asegurar su continuidad.