San Lorenzo inicia una semana crucial en su preparación. No solo porque se acerca el debut oficial de Damián Ayude como entrenador de la Primera, sino también porque el equipo llega con lo justo desde lo físico. El próximo sábado 5 de julio enfrentará a Quilmes por los 16avos de final de la Copa Argentina, en el estadio de Lanús, y la cuenta regresiva ya empezó.
Hay jugadores que están totalmente descartados: Jhohan Romaña y Matías Reali no podrán estar por sendas lesiones musculares que arrastran desde los últimos días de la pretemporada. Pero más allá de ellos, la principal preocupación del cuerpo técnico pasa por saber si podrá recuperar a otros titulares que no estuvieron presentes en el amistoso del sábado frente a Almirante Brown.
Entre los futbolistas que trabajan de manera diferenciada por molestias físicas aparecen nombres importantes como Orlando Gil, Gastón Hernández, Elías Báez y Nicolás Tripichio. Ninguno de ellos participó del ensayo informal que se disputó en la Ciudad Deportiva, y su evolución en los próximos días será determinante para saber si llegan al encuentro ante el Cervecero. En caso de no estar a disposición, evaluarán si pueden estar una semana más tarde, en el debut del Torneo Clausura ante Talleres en Córdoba.
La Copa Argentina se presenta como un objetivo clave para San Lorenzo, no solo por la posibilidad de conseguir un título, sino porque otorga un cupo directo a la Copa Libertadores 2025. En un club que necesita volver a competir internacionalmente, el cruce con Quilmes se vuelve más que un simple estreno para el nuevo cuerpo técnico.