Después de dos semanas de paz y tranquilidad luego de romper esa racha negativa que hasta había terminado con el ciclo de Pizzi, San Lorenzo no jugó bien el primer tiempo, pero logró reponerse en el complemento y le remontó el resultado dos veces a Atlético Tucumán. Fue 2-2 con goles de Angel Romero y Nico Blandi.
La iniciativa fue del local. Tuvo más tiempo la pelota y las posibilidad más claras. Sobre todo después de encontrar la ventaja por un error recurrente del semestre: la pelota parada. El equipo de Monarriz se durmió en la marca luego de un córner, Toledo entró solo en el punto del penal y Díaz desvió la pelota para descolocar a Torrico.
San Lorenzo, en cambio, apostó por el contragolpe. Por esa vía contó con dos ocasiones: una disparo de Juan Ramírez y otro de Oscar Romero. Pero la sensación fue que si los tucumanos hubiesen estado más finos, el resultado habría sido más holgado en el primer tiempo. Torrico, por caso, tapó un mano a mano terrible sobre el final
El trámite no cambió en el arranque del complemento. Incluso el Decano estaba más cerca del segundo. Sin embargo, a los 10 reaccionó por una buena definición de Angel Romero, que primero trasladó y después fue a buscar de 9 el centro atrás de Bruno Pittón. Al ratito, Luchetti le tapó un buen remate cruzado a Gaich.
Después del gol volvió a ceder protagonismo y llegó la nueva ventaja tucumana. Otra vez por arriba volvió a perder San Lorenzo, Toledo le ganó a Herrera en un centro llovido desde el sector izquierdo y Heredia, de volea, la colocó bien lejos del alcance del Cóndor.
Parecía que tenía todo controlado Atlético Tucumán, pero a diez del final se le complicó el desarrollo. Es que Cristian Erbes se fue expulsado por el árbitro Yael Falcón Pérez tras una doble amarilla y en la primera de cambio, San Lorenzo lo empató de cabeza a través de Blandi, que había ingresado minutos atrás por Ramírez.
Con el envión (y el hombre de más), San Lorenzo hasta pudo haberse llevado los tres puntos. Fue a buscarlo sobre el final con actitud. Con carácter. Y casi se lleva el premio mayor tras un partido bastante sufrido.