Después de su frustrado regreso a San Lorenzo, que incluyó algunos dardos hacia la dirigencia que fueron contestados por Julio Lopardo, hoy ya fuera del Consejo de Fútbol del club, Augusto Batalla se sigue acordando de Boedo. Y esta vez, ya instalado de vuelta en el fútbol español, opinó sobre la llegada de Iker Muniain al mundo azulgrana.
“Creo que tenía muchas ganas y ambición de jugar en el fútbol argentino, de vivir esto que te estaba comentando. La verdad que me pone contento que haya elegido San Lorenzo“, dijo el arquero de Rayo Vallecano cuando le consultaron en Relevo sobre la incorporación del vasco, quien ya lleva disputados dos partidos con la camiseta del Ciclón.
Después le tiró algunas flores a la gente: “En cuanto a hinchada va a encontrar lo que va en busca. Una hinchada de un aliento constante, de que está en los malos momentos, como ahora, que está pasando un momento delicado y lo demuestra la gente. Contra Vélez había 45 mil personas y el equipo va 24º“.
“Iker va a encontrar lo que busca, vivir el fútbol argentino en su máxima expresión y San Lorenzo es un club que con la calidez de su gente, la manera que se vive el día a día le va a dar todo lo que él quiere experimentar en esta nueva etapa”, cerró Batalla, de tan buen paso por Boedo en el ciclo Insua, con 70 partidos y solo 42 goles recibidos.
su frustrada vuelta a San Lorenzo y los palos a la dirigencia
“Yo abrí el teléfono, escuché la propuesta porque me interesaba realmente, pero no se dieron las cosas. Hablé con ellos hace diez días, pero ningún dirigente de San Lorenzo se comunicó ni con mi representante ni con River. Entonces en un momento tengo que tomar la decisión de dónde iba a seguir porque el mercado se termina”.
“Antes de las elecciones me llamaron todo el tiempo; después recién el 29 de diciembre cuando salió lo mío de Granada. Parecería que están esperando que salga algo para llamarme. En este mercado fue algo distinto: me llamaron, pero si después no hay ningún movimiento yo tenía que tomar mi decisión”.
“No voy a calificar si son desprolijos. Siento que ayudó mi apellido en un momento en que las cosas no estaban saliendo como esperaban y eso me duele un poco. Yo tenía una ilusión, uno proyecta ciertas cosas y después sentir que usaron mi apellido y no se movieron… Está claro el panorama”.
