Gabriel Rojas dejó en claro en varias ocasiones que su intención era continuar en Peñarol, donde se había ido a préstamo a mediados del año pasado y había conseguido continuidad. Sin embargo, no hubo arreglo entre los clubes y debió a volver a San Lorenzo. Ahí se encontró con que Mariano Soso no lo iba a tener en cuenta y empezó a trabajar en Ezeiza junto a un grupo de borrados.
Tres semanas después del inicio de la pretemporada, la consideración que tuvo el DT del lateral izquierdo empezó a cambiar. Al parecer, se encontró con que el futbolista de 22 años mostró un buen rendimiento durante las prácticas y el viernes pasado le comunicó que lo tendría en cuenta en caso de que decida quedarse. En principio, para pelear un puesto con Bruno Pittón, hoy titular indiscutido pero que suena en diferentes mercados, y con el pibe Nicolás Fernández.
Pero con la pelota del lado del jugador, no hay ningún indicio de que las palabras del DT le hayan llegado. Es que después de jugar 23 partidos en el Carbonero y de la posibilidad frustrada de volver a cruzar el charco (los uruguayos intentaron un nuevo préstamo), la intención del nacido en Adrogué es la misma que cuando se encontró el 10 de agosto practicando con el grupo de relegados: irse de San Lorenzo.
La semana pasada, el Panathinaikos de Grecia se mostró interesado. También, durante las últimas horas, surgió el rumor que Independiente estaría interesado. Aunque todavía a Boedo no llegó nada formal. Además, su situación contractual es algo que preocupa: tiene vínculo hasta mediados del año que viene y si no lo negocia ahora, podría negociar en condición de libre desde enero.
Mientras tanto, Rojas arrancó la cuarta semana de entrenamientos practicando en una de las burbujas junto al resto de los jugadores que serán negociados: Ezequiel Cerutti, Gonzalo Berterame y Gabriel Gudiño. Su futuro, si no pasa nada raro, está lejos de Boedo.
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A seguir trabajando con fortaleza… en el final todo se equilibra. 💪🏽
