Mientras los dirigentes de San Lorenzo continúan achicando el presupuesto del fútbol y todavía deben hacerle frente a varias deudas que se fueron acumulando con el tiempo, una de las disciplinas más importantes de la institución está a la expectativa de poder continuar compitiendo en el futuro inmediato. Se trata del básquet.
Actualmente, el pentacampeón no puede participar en ninguna competencia internacionalpor estar sancionado por la FIBA desde mediados del año pasado. ¿El motivo? Sus reiteradas faltas y obligaciones impagas con ex jugadores y agentes. Entre otros nombres, el Tribunal Arbitral (BAT) falló en su contra por las demandas de Mathías Calfani, Donald Sims, Jerome Meyinsse y los empresarios Claudio Pereira García y Benjamin Pensack.
El problema es que más allá de la sanción que acarrea el club desde el semestre pasado, los directivos patearon hacia adelante el compromiso financiero y hoy se convierte en un problema mayor: el máximo organismo del básquet mundial está decidido a desafiliarlo si no salda el monto impago antes del viernes 25 de febrero. La deuda ascendería al millón de dólares.
A raíz de esto, desde Boedo se comunicaron con la Confederación Argentina de Básquetbol (CAB) para que intervenga y, en principio, la solución estaría encaminada. La idea es confeccionar un plan de pagos que San Lorenzo pueda cumplir y así evitar que tenga que vender la plaza para poder seguir compitiendo. La CD azulgrana, ahora reza porque la FIBA acepte las condiciones.
En medio de todo esto, la disputa política entre el bando de Matías Lammens y Marcelo Tinelli, que estuvo a cargo mientras las deudas se iban acumulando, y cientos de hinchas que expresan su descontento en las redes sociales por esta situación límite que vive una de las disciplinas más importantes de la historia de la institución.