Oswaldo Balanta pasó por una de las situaciones más duras que puede atravesar un ser humano. El colombiano de 23 años, que se encontraba a prueba en San Lorenzo, sufrió un paro cardíaco durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva y, tras varios días de internación, hoy puede contar la historia en primera persona. Lo hace desde la calma de saberse vivo, agradecido y con una nueva mirada sobre el fútbol… y la vida.
“Me encuentro muy bien. Agradecido con Dios que me ha dado la oportunidad de vivir nuevamente. Agradecido con todos, con el club que ha hecho su labor, mi representante que siempre ha estado ahí, los médicos que han hecho su trabajo…”, comenzó relatando Balanta en diálogo con ESPN. Su testimonio, sereno pero cargado de emoción, detalla lo que vivió antes, durante y después del episodio que conmocionó a todo San Lorenzo.
El futbolista, que se pasó esta mañana por el Bajo Flores, reconoció que no tiene recuerdos del momento del paro: “Me acuerdo muy poco, nada más cómo inicio el entrenamiento. Me contaron cosas, pero no me acuerdo de mucho. No sentí nada. Lo que pasó hasta el día de hoy no lo recuerdo. Solo cuando me levanté en el hospital, con mi madre ahí y mi representante, que ha sido como un padre.”
Balanta destacó la rapidez con la que actuó el cuerpo médico azulgrana: “Me contaron lo que ha pasado, cómo se movieron los médicos, cómo corría todo el mundo. No es común que pase. Los médicos actuaron muy rápido, supieron actuar a tiempo. Hay que darle un reconocimiento a ellos por cómo hicieron su labor.”
Luego, Balanta emocionó cuando dijo que la llegada de su madre fue un punto de inflexión en su recuperación: “Mamá es mamá. No tenía conocimiento de muchas cosas, pero cuando llegó ella, la historia fue diferente. Me empujó mucho a salir de esta situación.” Y agregó: “El día que recuperé la conciencia no volví a ser el mismo, es obra de Dios.”
Sobre su estado actual, aseguró que todos los exámenes dieron bien y que ahora le espera un período de reposo de entre tres y cuatro meses antes de pensar en volver a jugar. “Me dijeron que todos los exámenes salieron bien. De tres a cuatro meses recuperarme. Si Dios quiere, volvería a empezar despacio. En ese tiempo debo guardar más reposo.”
Por último, el cafetero que volverá a su país para continuar la recuperación: “Volveré a Colombia ya. Mi sueño es disfrutar la vida. Ahora veo la vida muy diferente, sé que tengo que aprovechar el tiempo y agradecerle siempre a Dios porque me ha dado una oportunidad de vivir. Él ha hecho el milagro. Si vuelvo a las canchas, volveré, pero contento y alegre de vivir la vida de otra manera.”
