in

Bochorno: San Lorenzo eliminado de la Copa de la Liga

San Lorenzo no estuvo a la altura aún con dos resultados posibles a favor y quedó afuera del torneo local al perder 2-0 contra Racing. Lamentable ciclo de Dabove. Peor imposible.

Cuando se sale a especular con un resultado, propio o ajeno, usualmente se paga caro. Eso le pasó a San Lorenzo desde el momento en que Dabove planteó una idea que rápidamente se fue al tacho. Porque Racing, obligado a salir a buscar, se lo fue llevando puesto en el arranque y a los 15 encontró premio: desborde de Mena y gol de Chancalay, que entró sin marca alguna y fusiló a Torrico para el 1-0.

Fue entonces que un equipo que estaba pensado para contener al rival desde la comodidad del empate, tuvo que reprogramarse sobre la marcha. Y tampoco pudo. No podía tener la pelota, no la podía manejar. Demasiada calma, demasiada lenta la circulación. Los ataques eran corridas aisladas, de Ramírez o Uvita. Y así, lo único de cierto peligro apenas fue un disparo de Julián Palacios que pasó por encima del travesaño. Pobrísimo lo del Ciclón.

san lorenzo de almagro
Ramírez durante el clásico en Avellaneda.

La respuesta de Dabove por cambiar no llegó en el entretiempo y, encima, demasiado pronto, Racing pegó otra vez de una forma increíble: el local sacó del medio, Sigali mandó un pelotazo arriba que peinó Copetti y Chancalay entró solo para definir. Terrible siesta de la defensa de San Lorenzo, con Braghieri perdiendo de cabeza y Gattoni desacomodado ante la corrida del delantero. Todo en apenas 15 segundos.

El DT cambió sin cambiar demasiado para tratar de descontar. Pieza por pieza en el lateral derecho (Salazar por Herrera) y sacó al pibe Rosane para meter a Troyansky. Más tarde, Di Santo por Ramírez. Y la reacción se dio a medias. Más por el repliegue rival que por capacidad propia. En eso, llegó un cabezazo de Braghieri desvió Arias al córner, otro de Troyansky que dio en el travesaño y no entró de milagro, y un remate que el arquero uruguayo le tapó a Uvita.

san lorenzo de almagro

El final fue un rejunte de ganas. De pelotazos al área. De más de lo mismo. De un plantel que es de los más flojos (o el más flojo) de los últimos años. Con jugadores sin la actitud para jugar en un club como San Lorenzo. Con un equipo sin funcionamiento colectivo. Y un técnico perdido, que siempre apostó por la chatura. Amarrete. Así se dio otra eliminación, aún cuando se tenían a favor dos de los tres resultados posibles. Lamentable.