Antes de llegar a Primera, los jugadores tienen una camiseta puesta y no necesariamente es la del equipo en que se criaron. El caso de Sebastián Blanco es uno de esos en los que el fanatismo le permitió tender un puente más allá de su actualidad. Lo demuestra continuamente a través de las redes. Y si la suerte les permite defender los colores que más quieren, muestran orgullosos ese plus que llevan en su ADN, el ser jugadores hinchas. “El sentido de pertenencia es algo que heredé de la familia, de mi papá, él también lo heredó”, contó en Presión Alta, por TyC Sports.
Tras su paso por el West Bromwich de la Premier League, en enero del 2015 acordó su llegada al club de sus amores. Al que claramente, según lo explica, fue una presión extra. “Es difícil. Un arma de doble filo por decirlo de alguna manera. Es una responsabilidad hermosa porque se viven las derrotas y las victorias doblemente, y el día a día es un poco más pesado. Yo tuve la posibilidad, pero si me diesen a elegir otra vez la agarraría 100 veces más“, comentó el actual futbolista del Portland, de la MLS, donde tiene vínculo vigente por tres temporada más.
A la hora de asegurar si su fanatismo influía en el rendimiento, el volante de 32 años no dudó: “Se nota que hay un plus. A mí (los hinchas) me dieron un margencito más de error, je. Lo he sentido y lo puedo sentir hoy también. Uno puede hacerlo mal o bien pero ese sentido de pertenencia de sentir que se tiene que dar un poquito más, se ve. Hoy el balance es positivo. Obviamente siento un cariño inmenso de la gente. Hay opiniones divididas, como siempre, pero es normal”.
En este contexto, Blanco fue que recordó el momento de gloria más esperado por los hinchas del Ciclón: la consagración en la Copa Libertadores 2014: “Ese día estaba en Argentina (había finalizado su vínculo con el Metalist de Ucrania) y pudimos conseguir las entradas. Me acuerdo que estuvimos desde las 2 de la tarde hasta las 5 o 6 de la mañana del otro día. Me acuerdo de esa noche como ninguna. Después tuve la oportunidad de agradecerle personalmente a los protagonistas”.
Además, le preguntaron a quién tiene de ídolo. Y fue clarito. “Hay muchos, pero la verdad es que mi papá la primera camiseta que me regaló fue la de Paulo Silas. Me encantaba. Y lo pude conocer una vez que me lo crucé y me quedé prácticamente mudo. Después fui de ver la época de Pipo también, que fue excelente. Hay muchísimos jugadores de los que uno puede estar hablando, pero lo de Paulo fue maravilloso”, sentenció.
