El clima está caldeado en Boedo. Después de un mes en donde San Lorenzo cayó en tres de sus cuatro presentaciones y descendió varios puestos en la tabla de posiciones, un grupo de barras fue al entrenamiento de San Lorenzo para charlar con los jugadores.
Según trascendió, ocho personas ingresaron a la práctica a puertas cerradas de ayer y mantuvieron una charla en buenos términos con los futbolistas, pero habrían exigido “más actitud” y ganar el clásico del domingo contra Huracán, desde las 15.30 en Parque Patricios. Pizzi y su cuerpo técnico no participaron del encuentro.
Hace algunos meses, exactamente el 11 de marzo, en la Ciudad Deportiva ocurrió una situación similar. Fue en la previa del partido contra Junior por la Copa Libertadores, cuando varios “socios identificados” (aunque eso no significa que no sean barras) pasaron con total comodidad a una práctica cerradas para hablar con referentes.
Pese a los aparentes buenos términos que trascendieron, no deja de ser un momento incómodo para cualquier persona. En este escenario, los jugadores saldrán al césped del Ducó en tan solo tres días.