Hace rato que Bautista Merlini no está en San Lorenzo. A principios del 2019 se fue a préstamo a Defensa y Justicia y tras regresar a Boedo de esa experiencia, un año más tarde fue nuevamente cedido. Esta vez a Guaraní de Paraguay, donde encontró continuidad y, de a poco, se fue convirtiendo en una de las figuras del equipo que comanda el argentino Gustavo Costas.
Tal es así que mostraron firmemente la intención de comprar el 50% de su ficha, que fue valuada en 600 mil dólares. “Se está hablando que me quieren comprar, pero por ahora sigo siendo jugador de San Lorenzo”, manifestó en La Oral Deportiva. A la vez, hizo referencia a un posible interés de Cerro Porteño, uno de los grandes del fútbol de aquel país: “Tengo contrato con Guaraní hasta diciembre. Me intento mantener al margen porque estas cosas te desconcentran”.
Más allá de la posibilidad de que sea adquirido por alguno de los dos equipos paraguayos, si esto no se concreta también existe la chance que sumarse al equipo de Soso en enero del próximo año. Ante esta situación, el Mago no dudó: “Por ahí cuando te vas te das cuenta de la dimensión que tiene, es un club muy grande. Hoy en día estoy enfocado en Guaraní para no distraerme, pero sin dudas el día de mañana me gustaría volver a jugar en San Lorenzo“.
Haciendo un repaso de su estadía en el club, no tuvo dudar en elogiar el trabajo de Pablo Guede, el técnico que lo sumó al plantel profesional, a principios del 2016. “Yo era chico y con él aprendí un montón de cosas. Era muy exigente en su manera de trabajar. Por ahí a algunos jugadores no les sirve tanto, pero a mí me gustaba. Sin dudas, fue mi base cuando subí a Primera”, declaró.
En octubre del 2017, una rotura de ligamentos cortó su mejor momento en San Lorenzo. De ese momento, recordó con tristeza: “Una de las cosas que me dejó de enseñanza el fútbol es que es muy cambiante. Me tocó pasar por ese problema que me hizo cambiar todo en un día. Diego Aguirre me dio una confianza increíble, me puso siempre y logré una gran versión, pero después de esa lesión me costó bastante. Sobre todo agarrar ritmo para volver a jugar”.