Las diferencias se fueron prolongando a lo largo del tiempo y hoy la interna explotó. Y a menos de 60 días de su asunción como Coordinador de Fútbol Profesional, la bomba estalló con la renuncia de Matías Caruzzo, que pegó el portazo en San Lorenzo agotado por un mercado de pases en el que le rebotan los refuerzos y por diferencias con quienes toman las decisiones en el club.
Desde que asumió, el 20 de mayo, la dirigencia le dio el espacio para que llevara adelante las negociaciones e intentara satisfacer los pedidos de Rubén Insúa, el entrenador del Ciclón. Sin embargo, la frustrada llegada del delantero Cristian Colmán, que tenía todo arreglado para llegar a Boedo y se lo terminaría soplando Barracas Central, fue el detonante para esta drástica decisión.
La razón es simple y concreta. El ex defensor esperaba que los dirigentes cierren algunos jugadores con los que venía manteniendo conversaciones, pero del otro lado aducen que la realidad económica de la institución no puede afrontar el gasto por los futbolistas que pretende el técnico. Entre medio, mantuvo una fuerte discusión con Horacio Arreceygor por este motivo y ahí renunció.
Caruzzo ya viene evaluando su salida desde hace algunos días, pero el entredicho con el presidente terminó de rebasar el vaso de la paciencia. ¿Qué falta para confirmar su salida? Comunicarle su determinación a Matías Lammens, quien lo acercó nuevamente a San Lorenzo y sigue involucrado en el día a día pese a haber bajado de la vicepresidencia a una de las vocalías de la CD.
En las próximas horas el manager presentará la renuncia formal, pasará a despedirse del plantel y el club oficializará su dimisión al cargo. Y, así, se sumó a la larga lista de conflictos y dimes y diretes que hoy por hoy agitan las entrañas azulgranas.