El 5 de agosto del 2021 quedará tatuado por siempre en el corazón de todos los hinchas de San Lorenzo. Ese día, desde el primer segundo, el pueblo azulgrana se sabía ganador del partido más importante de las últimas décadas. Pero el momento cúlmine llegó en horas de la tarde, cuando a las 15.11 entre abrazos y lágrimas celebraron la autorización definitiva para volver a construir el estadio en Boedo.
Dos años, un mes y cinco días después de haber alcanzado el objetivo clave de poner nuevamente los pies en Tierra Santa, una primera lectura y una Audiencia Pública en la que cientos de Cuervos dieron la cara por el club, la Legislatura Porteña aprobó en segunda lectura la Ley de Rezonificación que le da permiso al pueblo Sanlorencista de tener nuevamente su cancha en Av. La Plata al 1700.
“Son nueve meses después de sancionar la primera lectura pero casi 40 años después de que San Lorenzo sea obligado y presionado por la dictadura. Fue un proceso largo, probablemente el que más vueltas haya tenido en la Legislatura. La sanción de esta ley no es solo una buena noticia para el club, sino también para Boedo y todo el Sur de la Ciudad. Es un proyecto de ley ejemplar de un club social, que no tiene dueño, que es un patrimonio de miles de socios y socias. Estamos haciendo justicia. Honrando esta historia de solidaridad y pertenencia“, sostuvo Manuel Socías (Frente de Todos), quien fue el encargado de presentar en el recinto el masterplan del CASLA.
Como era de esperarse, los legisladores siguieron en la misma línea de lo que fue aquella primera victoria en el recinto. Esta vez, el proyecto de ley que presentó el CASLA bajo la supervisión de la empresa española IDOM, con las normas urbanísticas necesarias para construir el nuevo estadio y mejorar el barrio, recibió 54 votos a favor y una abstención. Todo dicho: San Lorenzo vuelve a Boedo.

Afuera de la Legislatura había miles de hinchas, abrigados y respetando todos los protocolos sanitarios, que le dieron calor (y color) a otro gran paso hacia adelante en esta semejante gesta a la que todavía le resta un camino extenso. El final de esta historia terminará sacando otra vez desde el medio, en el lugar donde alguna vez vibró el Viejo Gasómetro.