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San Lorenzo dio marcha atrás con la burbuja

Este domingo al mediodía, los testeos que les realizaron ayer a los futbolistas, el cuerpo técnico y el resto de los auxiliares arrojaron los resultados esperados: no hubo ningún caso de coronavirus. De este modo, estaba todo encaminado para que Soso y sus muchachos arranquen la burbuja sanitaria en Ezeiza. Pero…

El problema empezó a conocerse en horas de la tarde. ¿Qué pasó? Resulta que la AFA no le habilitó el lugar de concentración que habitualmente ocupa la Selección Mayor y la comitiva de San Lorenzo tenía que ocupar las instalaciones de los Juveniles. Como en ese edificio las comodidades no están adaptadas para lo que requiere un plantel profesional, desde Boedo decidieron dar marcha atrás.

Después de tres semanas de trabajo en los que el entrenador y sus ayudantes fueron supervisando a pequeños grupos divididos en tres turnos, la idea desde este lunes era aislarse para empezar a practicar con todo el plantel completo durante diez días e intensificar los trabajos para llegar de la mejor manera al arranque del nuevo torneo, que empezaría a finales de septiembre.

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El plantel se aislará en Ezeiza durante diez días.

En este escenario, la decisión de Soso fue continuar con los entrenamientos tal como se vienen haciendo hasta el momento (divididos en grupos y en tres turnos) con la excepción de ir agregando algunos días de dos prácticas diarias. Ahí, en vez de que los jugadores se retiren directamente a sus domicilios, descansarán en el predio antes de finalizar la jornada.

Jonathan Herrera, quien venía de cumplir una doble cuarentena y superar un caso de Covid-19, se unirá al trabajo a partir de mañana. Por su parte, tres futbolistas continuarán apartados: los hermanos Romero, que llegaron el miércoles pasado de Paraguay, y Fabricio Coloccini, quien dio positivo en la semana.