En el mediodía de este sábado culminó la segunda semana de trabajo del plantel de San Lorenzo en el predio de la AFA en Ezeiza. A diferencia de los primeros días post pandemia, Mariano Soso poco a poco fue agregando varios ejercicios con pelota que se complementaron con las rutinas físicas pensando en la puesta a punto. Aunque, por supuesto, la intensidad se elevará a medida que pasen los entrenamientos.
En el correr de la semana, Soso fue recuperando algunos jugadores. Tras superar los testeos PCR y serológicos, el lunes se reincorporó el Torito Rodríguez, el miércoles hizo lo mismo Gabriel Gudiño y el viernes se presentó oficialmente Franco Di Santo, quien hoy ya pudo integrarse a la burbuja 2 y realizar las tareas físicas a la par de sus compañeros.
En contraposición, aparecieron dos noticias que dejaron un mal sabor de boca por Boedo. Una fue el positivo de Jonathan Herrera, quien ya había estado aislado por el caso de coronavirus de su mujer y no pudo empezar a entrenar. Y la otra fue la lesión del juvenil Alexis Sabella, que padece de una distensión de 4 milímetros en el isquiotibial derecho y comenzó a trabajar diferenciado desde la práctica del jueves.
El grupo tendrá descanso este domingo y volverá a entrenarse el lunes en tres tandas a partir de las 8.30. Aunque antes, tal como viene ocurriendo en cada inicio de semana, el plantel volverá a someterse a los análisis serológicos, que esta vez estarán a cargo de Pablo Presa, el infectólogo que sumó para asesorar y supervisar el correcto cumplimiento del protocolo sanitario.
Lo que todavía resta resolver es la fecha de regreso de Angel y Oscar Romero. Después algunos intentos fallidos por repatriarlos, los hermanos continúan entrenándose por su cuenta en Paraguay y se espera que en el trascurso de la próxima semana lleguen a Buenos Aires. A partir de ahí, comenzarán a practicar aislados por dos semanas en una casa de Cañuelas hasta que puedan estar a disposición de Soso.