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Siete años de la llegada del Cóndor

El 24 de abril de 2013 llegó con la felicidad y la ilusión de que en San Lorenzo había “un lindo desafío”. Ese día, Sebastián Torrico se transformó en el nuevo arquero del Ciclón en reemplazo de Pablo Migliore, quien fue detenido tras la caída 1-0 ante Newell’s en casa supuesto encubrimiento a un barrabrava de Boca en una causa por homicidio.

Casi de casualidad, llegaba con sus 33 años a cuestas en su primera experiencia en un equipo grande luego de haber jugado en Godoy Cruz y Argentinos Juniors. Siete años años más tarde, el Cóndor se convirtió en el guardameta más determinante de la historia azulgrana y hasta podría considerarse el jugador más querido por los hinchas en los últimos años.

Quiero demostrar por qué se fijaron en mí. Estoy bien, con muchas ganas, motivado. Jugar en un club grande es lo que uno siempre sueña de chico“, decía el Torri en su presentación, luego de haber firmado un contrato a préstamo por tan solo dos meses, sin cargo ni opción de compra.

Ese camino, que aún no terminó, es una historia de cuento de hadas para él: arrancó con la consagración en el Inicial 2013, donde le tapó una pelota fundamental a Agustín Allione en el partido contra Vélez, continuó siendo una figura excluyente para conseguir la tan ansiada Copa Libertadores y también ganó la Supercopa Argentina.

Torrico, que en febrero cumplió los 40, perdió el puesto en más de una ocasión durante su larga estancia en Boedo. Pero a base de esfuerzo y dedicación a la profesión (muchas veces entrena en doble turno en la Ciudad Deportiva), el mendocino demuestra partido a partido que está más vigente que nunca…

Con motivo del nuevo aniversario, el club escribió un mensaje a través de sus redes sociales y el Cóndor contestó dejando en claro lo que pretende en el futuro inmediato: “Gracias San Lorenzo. Vamos por más, claro”.