Y un día volvió. Este jueves por la tarde, Ricardo Centurión dijo presente en la práctica de San Lorenzo. Su última vez había sido el viernes, cuando entrenó y concentró para el partido contra Patronato, donde jugó el segundo tiempo. Pero después desapareció sin aviso por varios días, incluso apareció un video suyo en una fiesta a plena luz del día, y a partir de ahí, el conflicto.
Más allá de que el mediapunta de 29 años se haya presentado en la Ciudad Deportiva después de tres ausencias consecutivas, su situación no tiene retorno en Boedo: no volverá a ponerse la camiseta azulgrana y le van a rescindir el contrato cuanto antes. Deberá volver a Vélez, el club que es dueño de su ficha, donde tampoco están convencidos de su regreso.
Con las cartas echadas sobre la mesa, la CD decidió que Centurión no se entrene con el resto del grupo y hasta que se resuelva su salida lo hará a contra turno. Pero hay más. El que se sumó a la lista negra de los dirigentes y entrenará en soledad alejando del plantel profesional es Gabriel Rojas, que finalmente no renovará su contrato y se irá con el pase en su poder en junio.
A pesar que los mismos directivos aseguraban que estaban cerca de acordar su continuidad, las negociaciones se estancaron al punto que el lateral izquierdo, surgido de las Divisiones Inferiores del club, tomó una postura similar a la de Ricky, faltando a varias prácticas luego de confirmar que no iba a firmar la extensión de su vínculo y se marchará como agente libre.
En el caso de Rojas hay versiones encontradas. En San Lorenzo dicen que sorprendió la postura del futbolista cuando todo parecía encaminado. Del lado del futbolista aseguran que cambiaron los términos a último momento y esto, después de largas negociaciones, terminó de colmar la paciencia del jugador.
Por lo pronto, la postura del CASLA en ambos casos es contundente: quedan afuera del grupo a la espera que se les termine su relación laboral.